Empieza cuando Pilar huye de su casa y busca
refugio en casa de su hermana Ana. Antonio, su marido, viene a buscarla con el
objetivo que regrese a casa. Pilar rechaza la propuesta con muchas
dificultades. La pareja se separa. Ahora, Pilar trata de vivir sin Antonio en
casa de su hermana e intenta independizarse buscando un trabajo. Mientras
tanto, Antonio asiste a reuniones con un psicólogo para superar la
violencia que él desata contra su mujer cotidianamente. Por su parte, Pilar se
las arregla para trabajar en un museo vendiendo las entradas. Ahí es donde
conoce a un grupo de compañeras de trabajo que le ayudan a integrarse en el
mundo del trabajo. Rápidamente, Antonio se da cuenta de que no puede vivir sin
su mujer. Para hacer que vuelva con él le envía regalos secretos a su trabajo.
Pilar los recibe pensando también secretamente que se trata de Antonio. Este se
hace cada vez más insistente de tal modo que a Pilar le cuesta mucho trabajo
resistir a los avances de su marido. Finalmente ella cede a la tentación. Se
junta con Antonio en el piso de Ana al mediodía. Ella vuelve a entregarse a él
cuerpo y alma. En estas circunstancias, Antonio logra convencer a Pilar de que
vuelvan a vivir juntos en el momento en que Ana está preparando su boda con su
novio escocés. El día de la boda es también el día de la separación de las
hermanas. Ana no soporta que su hermana arruine su vida con un marido violento.
Pilar le explica que quiere vivir su vida como a ella le dé la gana y que nadie
le dictará su conducta. La pareja renace de la ruptura. Antonio ha comprendido,
gracias a la terapia, que la violencia se puede controlar con voluntad y mucha
paciencia y Pilar es consciente que su nueva vida de guía de museo le procura
una satisfacción personal que la hace sentirse muy feliz en un mundo en el que
ser mujer es reconocido.
Pero,
a partir de ahora, Antonio ejerce presiones sobre Pilar principalmente a
propósito de su trabajo. Se vuelve celoso y quiere saber constantemente dónde
está Pilar. Incluso, intrigado por el trabajo que hace su mujer, va a verla al
museo. Soporta cada vez menos que Pilar se exhiba en el museo como guía. La
acosa con preguntas, la llama por teléfono repetidas veces en el día. Se muere
de celos. Parece imposible para él que Pilar trabaje fuera de casa. La terapia
ya no hace efecto en Antonio que se deja dominar por sus instintos y sus
impulsos de violencia. Hasta que llega el momento en que le proponen a Pilar un
trabajo en Madrid con Lola y Rosa, sus compañeras de trabajo. Pilar está
decidida a ir a viajar con ellas y se lo hace saber a su marido. Antonio no
quiere irse de Toledo y no puede hacerse a la idea que Pilar se vaya a trabajar
a Madrid. El día de la cita de trabajo de Pilar, Antonio está fuera de
si. Agrede violentamente a Pilar desnudándola y poniéndola en el balcón del
piso para que todos los vecinos la vean. Es la última humillación que Pilar
aguanta. Por eso, va a comisaría para denunciar la agresión. El policía la
escucha sin entenderla. Pilar quiere denunciar todo el daño que su marido le ha
hecho, todo el dolor que tiene acumulado en su alma. Quiere explicarle que está
destruida por dentro, que sus huellas son profundas e invisibles y que éstas
son más dolorosas que los golpes que ha recibido. Antonio intenta suicidarse
porque Pilar ya no se interesa por él. Ahora, a Pilar le da igual lo que piensa
y lo quiere Antonio. Ella ha tomado la decisión de dejar a su marido. Se
refugia una vez más en casa de su hermana. Le comenta su decisión y le confiesa
que Antonio la ha enceguecido con su pasión destructora. Pilar anhela recuperar
la vista y recobrar los ojos que le ha dado a Antonio. La película termina
cuando las amigas de Pilar y ella misma van a buscar sus cosas. Esta vez, Pilar
no volverá atrás porque ha decidido romper definitivamente todos los lazos que
la unían con Antonio sin ningún remordimiento y decidida vivir sola su vida.
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